EL GOBIERNO CULMINA LA PRIVATIZACIÓN DEL REGISTRO CIVIL

Con nocturnidad y alevosía, en un sábado de julio y por Decreto-Ley, el Gobierno del Sr. Rajoy ha decretado, unilateralmente, la privatización del Registro Civil,  tras más de 143 años de historia como servicio público prestado por el Estado. La entrega “manu militari”,  de su llevanza y gestión,  a los registradores mercantiles (pues los registradores de la propiedad, de nuevo, en un  comunicado del Colegio de Registradores del 4 de julio,  se niegan a asumir tal competencia) se aprobó el pasado viernes en Consejo de Ministros y se publicó en el BOE del sábado, escondida entre  las disposiciones adicionales del Real Decreto-Ley  8/2014, de 4 de julio, de aprobación de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia.
La aprobación de este Real Decreto-Ley supone:
-         Privatizar un servicio público, poniendo en las manos de una Corporación de Registradores Mercantiles  millones de datos personales y privados de todos los españoles, que hasta ahora cuentan con el control del Estado. Es necesario no olvidar que los registradores actúan como empresas organizadas, que pueden contratar o despedir a sus empleados, que no son funcionarios,  y que por lo tanto no tienen el deber de secreto, ni pueden ser juzgados penalmente por su revelación.
-         Privatizar un servicio público que funciona óptimamente, que llega al último rincón de España,  y que cuenta con el apoyo de toda la ciudadanía. Un servicio público en el que se han invertido más de 130 millones de euros en  la última década,  para su modernización tecnológica. Inversión de la que se van a aprovechar sus nuevos “propietarios” .
-         El apoyo del Gobierno a las mentiras del Ministro de Justicia cuando justifica la privatización del registro civil en las quejas ciudadanas por su mal funcionamiento y de las que, maliciosa e intencionadamente,  oculta su contenido. Dicha quejas se refieren,   exclusivamente,  a  las solicitudes  de nacionalidad  por  residencia,  en un

número que llegó a superar,  en  un momento dado y puntual, ,  que no hoy,  el medio millón de solicitudes, cuando dichos registros carecían de los medios suficientes para su tramitación (medios humanos y tecnológicos necesarios que el Sr. Gallardón se negó a proveer). Es necesario tener en cuenta que los expedientes de nacionalidad no suponen ni el 10 % del trabajo que soportan los registros civiles.
Añadiendo, además, las siguientes consecuencias:
-         Con la privatización el ciudadano tendrá que pagar por un servicio hasta ahora gratuito, puesto que, hasta hoy,  los registros civiles se financian, vía impuestos,  desde  los Presupuestos Generales del Estado.  Los costes de gestión y funcionamiento, en manos de los registradores mercantiles, lo tendrán que pagar los ciudadanos cuando el Gobierno lo decida. Lo que podría ocurrir en cualquier momento o una vez finalice el período electoral  previsto para los años 2014-2015. Además hay que tener en cuenta que las sedes de los registradores mercantiles son limitadas y reducidas , y por lo tanto el ciudadano no tendrá, como ahora,  su registro civil en la sede de cada Juzgado de Paz, que desaparecen como sedes registrales,  por lo que se tendrá que desplazar, como mínimo,  hasta la sede registral, por ejemplo, en todos los casos en los que sea necesario sus presencia física (por ej. para el otorgamiento de las fe de vida y estado que se le requieran,…..).
-         La privatización del registro civil supondrá el trasvase de más de 3.000 funcionarios, en toda España, desde su actual destino, en los registros civiles, a los nuevos que ocupen, una vez sea efectiva la  privatización , lo que provocará no solamente la aplicación retroactiva de derechos de destino adquiridos y la reordenación obligatoria sin la aprobación de las RPTs correspondientes,  sino el efecto cascada de desplazamiento y cese de todos los funcionarios interinos que ocupen plazas vacantes. Efectos que,  pesar de afectar directamente a las condiciones de trabajo de los empleados judiciales, no han sido negociados previamente en las mesas de negociación, pues la privatización se ha acordado ya por un decretazo.

Por todo ello UGT se opone radicalmente a esta decisión y va a tomar todas las iniciativas necesarias, de acción sindical y jurídica,  para combatir esta decisión que lo único que persigue es privatizar el Registro Civil y entregar el mismo a un lobby influyente dirigido por altos cargos del Ministerio de Justicia y que tienen fuertes intereses económicos para defender, aún con el rechazo mayoritario del Colegio de Registradores, tal medida.